Actualmente, el 80% del procesamiento y análisis de datos se lleva a cabo en centros de datos en la nube, mientras que solo el 20% ocurre en el extremo. Para el mercado europeo, esta desigualdad es un doble desafío industrial: por un lado, los principales proveedores de servicios en la nube, como Amazon Web Services, Microsoft Azure o Google Cloud, no son de la UE; por otro, hay un enorme potencial en los recursos del extremo que sigue sin aprovecharse. Con la creciente dependencia de la nube, la UE ha intensificado su apuesta en los últimos años por la computación en el extremo como clave estratégica.
¿Un momento, qué es eso de computación en el extremo? Es el arte de llevar el procesamiento de datos al lugar donde realmente importa: más cerca de donde se generan. En lugar de depender de centros de datos lejanos, esta tecnología descentraliza la capacidad de cómputo y la traslada al extremo. ¿El resultado? Respuestas ultrarrápidas y decisiones autónomas tomadas justo donde los datos se generan.
Un caso de uso práctico sería la gestión del tráfico en las ciudades. La idea sería optimizar la frecuencia de los autobuses según la demanda, controlar la apertura y cierre de carriles adicionales, e incluso, en el futuro, gestionar el flujo de vehículos autónomos de manera eficiente. Con esta tecnología, ya no sería necesario trasladar enormes volúmenes de datos de tráfico a la nube centralizada, reduciendo drásticamente la latencia. ¡Una solución inteligente para un tráfico más fluido y conectado!
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¿Cuál es el impacto económico de la computación en el extremo? Un estudio reciente destaca que la computación en el extremo está cobrando impulso en Europa, mostrando un gran potencial de crecimiento, especialmente en el ámbito del Internet de las cosas (IoT), donde la industria europea se encuentra bien posicionada para competir a nivel global. En 2023, este mercado alcanzó un valor estimado de 3,42 mil millones de USD y se proyecta que crezca a una impresionante tasa compuesta anual (CAGR) del 35,4% entre 2024 y 2030.
Este crecimiento no está exento de desafíos en múltiples niveles, como la necesidad de identificar dinámicamente el “punto óptimo” entre la nube y el extremo, logrando equilibrar la baja latencia propia del extremo con la elevada capacidad de procesamiento de la nube, o el desarrollo de nuevas herramientas computacionales capaces de operar de manera transparente tanto en entornos de extremo como en la nube.
En este contexto, la Unión Europea ha lanzado múltiples convocatorias de proyectos de investigación bajo el programa Horizonte Europa, orientadas a afrontar estos desafíos estratégicos. Un ejemplo destacado es el proyecto CloudSkin, coordinado por CloudLab, grupo de investigación de la Universitat Rovira i Virgili (URV), y dónde participan once instituciones y empresas establecido en territorio europeo.
CloudSkin en pocas palabras
El principal objetivo de CloudSkin es desarrollar una plataforma híbrida nube-extremo con tres principales innovaciones:
- Aprovechar la inteligencia artificial (IA) para optimizar las cargas de trabajo, lo que permitirá una adaptación veloz de los recursos de cómputo y almacenamiento a los cambios en el comportamiento de las aplicaciones y la variabilidad de los datos. Así, se podrá reconfigurar dinámicamente el “punto óptimo” entre la nube y el extremo frente a condiciones cambiantes.
- La plataforma también ayudará a los usuarios trasladar los mismos “stacks de software” de los centros de datos al extremo. Esto será posible gracias a una innovadora abstracción de virtualización ligera y portátil, acompañada del desarrollo de nuevas capas de confidencialidad para proteger los datos en uso.
- El proyecto también contribuirá a preparar la infraestructura esencial para ejecutar estas nuevas abstracciones. La infraestructura ofrecerá controles clave que permitirán la reconfiguración dinámica de los recursos, todo ello apoyado por la orquestación basada en IA de la plataforma CloudSkin.
En conjunto, estas innovaciones forman los pilares estratégicos de lo que imaginamos como el nuevo continuo cognitivo para la nube y el extremo.
Para conocer más sobre CloudSkin, sus líneas de investigación y resultados, visita su web oficial.
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