El concepto de cloud computing comenzó a tomar forma en España en los primeros años de la década de 2000, pero su adopción fue lenta. Al principio, muchas empresas eran cautelosas debido a la falta de familiaridad con la tecnología, preocupaciones sobre la seguridad y la soberanía de los datos, así como la incertidumbre en torno a la normativa legal y la protección de datos personales. Empresas como Acens fueron pioneras en ofrecer servicios de hosting y almacenamiento en la nube, permitiendo a las pymes acceder a servidores virtuales sin necesidad de infraestructura propia. En paralelo, Google Apps y Microsoft Exchange Online empezaron a ganar popularidad entre pequeñas y medianas empresas por sus soluciones de correo electrónico y colaboración en la nube. Organismos públicos, como Red.es, impulsaron proyectos para fomentar la digitalización y el uso del cloud en el sector privado, mientras grandes corporaciones como Iberdrola comenzaron a externalizar parte de su infraestructura de TI a través de servicios gestionados en la nube. En el sector de telecomunicaciones, Telefónica inició sus primeras iniciativas de cloud con soluciones básicas de hosting y virtualización. Además, servicios como Dropbox empezaron a ofrecer almacenamiento personal en la nube, siendo adoptados por profesionales y pequeñas empresas en España.
A partir del 2010 y a medida que las empresas globales como Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure y Google Cloud Platform (GCP) comenzaron a consolidar su presencia en Europa, también empezaron a atraer a empresas españolas que buscaban modernizar su infraestructura tecnológica. El cambio hacia la nube se vio impulsado por la necesidad de una mayor agilidad, ahorro en costos y la capacidad de escalar rápidamente. BBVA fue uno de los primeros bancos en migrar partes de su infraestructura a la nube, utilizando Google Cloud para mejorar el análisis de datos y ofrecer servicios más personalizados. En el sector de telecomunicaciones, Telefónica lanzó Telefónica Cloud, ofreciendo soluciones de nube híbrida y colaborando con proveedores globales para empresas. Al mismo tiempo, CaixaBank adoptó Microsoft Azure para mejorar su eficiencia operativa y servicios digitales. En el sector público, el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) comenzó a usar la nube para gestionar trámites, como los ERTEs durante la crisis económica, mientras las comunidades autónomas empezaron a implementar plataformas de salud digital basadas en la nube. En el comercio electrónico, empresas como El Corte Inglés optimizaron sus plataformas online con la ayuda de AWS, mientras startups como Glovo y Cabify se apoyaron en Google Cloud y AWS para escalar rápidamente sus operaciones. Sin embargo, uno de los obstáculos clave en estos años fue la preocupación por la seguridad y el cumplimiento normativo, en particular con respecto a las leyes de protección de datos de la UE (como la Directiva de Protección de Datos, que posteriormente fue reemplazada por el RGPD en 2018). Muchas empresas, especialmente en sectores como banca, telecomunicaciones y administración pública, se mostraban reacias a trasladar sus datos a proveedores de cloud internacionales debido a estos temas regulatorios.
La adopción del cloud en España se aceleró de manera significativa a partir del 2015. La infraestructura tecnológica de España mejoró, con un mayor acceso a redes de fibra óptica y mejores servicios de conectividad, lo que facilitó la adopción de servicios en la nube. Además, la llegada del RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) en 2018 trajo claridad en cuanto al almacenamiento y manejo de datos, lo que ayudó a las empresas a confiar más en soluciones en la nube.
BBVA continuó su expansión en la nube con Google Cloud, utilizando inteligencia artificial y big data para personalizar servicios y mejorar su eficiencia. CaixaBank consolidó su infraestructura digital con Microsoft Azure, optimizando la seguridad y la automatización de sus sistemas. Telefónica Tech amplió su oferta de servicios de nube híbrida y ciberseguridad, reforzando su liderazgo en el mercado empresarial. En el sector público, el SEPE y administraciones autonómicas como Andalucía y Cataluña utilizaron la nube para digitalizar servicios de salud y gestionar trámites en línea. En el comercio electrónico, El Corte Inglés aprovechó AWS para optimizar su plataforma online, mientras startups como Glovo y Cabify continuaron escalando sus operaciones globales con Google Cloud y AWS, gestionando datos en tiempo real para mejorar sus servicios. Además, el ecosistema emprendedor español, con empresas como Carto, adoptó la nube para análisis avanzados de datos, y muchas startups implementaron estrategias de nube híbrida y multinube para ser más competitivas.
La pandemia de COVID-19 en 2020 marcó un punto de inflexión en la adopción del cloud en España. La necesidad de trabajo remoto, la digitalización acelerada y el aumento del comercio electrónico impulsaron aún más la demanda de servicios en la nube. Las pequeñas y medianas empresas que previamente habían dudado en adoptar la nube ahora vieron su importancia para mantenerse operativas en un entorno cambiante. En los últimos años, ha habido un enfoque en la soberanía de datos y el deseo de desarrollar infraestructuras cloud más localizadas. España ha apoyado el proyecto GAIA-X, una iniciativa europea para construir una infraestructura de nube federada que busca reducir la dependencia de proveedores estadounidenses y chinos, garantizando al mismo tiempo que los datos europeos permanezcan bajo jurisdicción europea. Además, los gobiernos y las administraciones públicas españolas están cada vez más interesados en soluciones en la nube para mejorar sus servicios digitales. Esto incluye desde plataformas de educación en línea hasta servicios de salud digital.
Leave a Reply